Camino de nuevo, tambaleante en la corniza de los sonidos, estoy colgando anhelante en el
sueño, bajando a prisa sin vacilo. Me
encuentro distante con la mirada al cielo, ilusionada que el tiempo viene, cuando los
momentos atestan y el destino no conviene
Divergente
y elegante el sol, contento sonrié pensando, que sale cada mañana y a su amada sigue buscando
Baila y despide la
luna, la orilla calzada en el horizonte, cuando asomando a su ventana encuentra, al astro
que no se esconde.
Bailan todas las puntas de los árboles, bailan al vaivén del viento, con alegría y
desconcierto en el tiempo, lo único que se sabe: eterno
Olvidamos
cada mañana, todo allá afuera se mueve, las horas no paran, el amor
no se detiene . Así como
ellos nos aman, amo su amor que no pierde, así como no margina su alma ni el cuerpo que la mantiene
No vemos lo
que se ama, porque aquello que se quiere es eterno, como las horas y el tiempo , como un regazo en el consuelo
Lo mejor
está por venir, y no acepto que nadie lo niegue, porque negarlo es fácil, pero
sentirlo conviene.
(Pequeño poema)
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