En la vida, a veces nos sentimos como en una rueda de la fortuna, a veces abajo, a veces arriba, han pasado ya muchos años, y miles y miles de personas han escrito acerca de la vida, sin embargo jamás dejaremos de escribir de ella.
Siempre tenemos miles de preguntas y buscamos el lugar más adecuado para encontrar las respuestas.
No siempre es fácil encontrar ese lugar, a veces son los libros, a veces son los amigos, a veces es la soledad, y a veces escribes muchas veces a veces, como hoy.
No sé, no sé, tal vez hoy no sepa expresar en palabras lo que siento, tal vez este sintiendo más de lo que puedo expresar, o pensando más de lo que puedo hablar, que difíciles son las noches eternas y que difícil es saber que el mundo está plagado de ellas. Creo que siempre he recurrido al papel como mi único escape de esta realidad, buscando en mis palabras trascender más allá de los ojos, dar el consuelo a quien lo pide a gritos y en silencio lo guarda.
Mi Dios, Dios de mil batallas, siempre me he preguntado porque permites la maldad en el mundo, porque dejas que el odio nos destruya entre nosotros mismos, tu justicia está más allá de esta tierra y tu sabiduría más allá de nuestras mentes.
Dios, espero me estés leyendo, espero donde sea que estés, que estás palabras las guardes para ti, nos hiciste libres, pero al mismo tiempo nos diste libertad para hacer el mal, pero esa libertad ha llegado a sus limites, ahora que estamos al pie de un nueva guerra, te pido que nos protejas, que elimines la maldad de este mundo. Dios, te pido que nos des la paz, te pido con todas mis fuerzas, sentir la paz en este mundo de guerras y sufrimientos.
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