La puerta oscura


En la oscuridad de la noche, siempre a la misma hora me despierto de golpe. Agitado y desubicado, busco con rapidez la mesita junto a mi cama. 
El sudor corre a chorros por mi frente, tengo semanas así, semanas que parecen no terminar, hoy volví a tener los mismos sueños, amargamente me dí cuenta de mi desdicha, pasaron las horas y volví a quedarme dormido, pero frecuentemente aparecen de nuevo las mismas pesadillas.

Soñaba con el marco de una puerta y una luz brillante que se filtraba detrás de ella, tenia una ansiedad enorme, un miedo que me paralizaba el cuerpo entero, no podía imaginar que había detrás de esa puerta, pero estaba seguro que lo que sea que hubiera detrás, me haría daño.

Algunas veces vi a alguien muy extraño observándome a través de la rendija, con sus oscuros ojos enfocados en mi, que miedo el que sentía y que desagradable  sensación.
Contemplar por horas aquel marco, se convirtió en un hábito en cada sueño, en una obsesión.

Una noche de tantas, la puerta apareció un poco abierta, esta vez no pude sentir la presencia al otro lado.

Podía escuchar a alguien respirar dentro de la habitación.
La única luz del lugar provenía del marco de aquella vieja puerta.Y comprendí que estaba encerrado, ahora soy su presa y él me está cazando en su propio juego.

No veo nada, solo puedo escucharlo detrás de mi, moviéndose rápido de un lado a otro...

olfateando desde cada rincón...

y luego desperté en la penumbra, me levante rápidamente en la mitad de un camino de piedra. Estaba rodeado de niebla y olía a metal y carne recién quemada.

Mirando a lo lejos logre ver a alguien arrastrando un bulto, ese bulto era yo mismo, así que corrí a detener a aquel agresor, pero no tuve suerte y recibí un hachazo directo en la cabeza. Esta vez desperté recostado sobre un escritorio de madera, había papeles por todos lados, parecía aquel lugar haber sido testigo de un enfrentamiento a muerte. Escuché voces acercarse y corrí a esconderme en el closet, pronto dos tipos altos y rubios entraron en la habitación  uno de ellos saco un arma y mientras el otro abría la puerta del closet donde me encontraba, el me freía a tiros con una pistola.

Desperté fuera de una casa enorme, una especie de castillo, me puse a meditar mucho sobre lo que estaba pasando, obviamente estaba atrapado en una dimensión onírica en donde cada muerte me hacía despertar en un lugar diferente, esta vez tenía que ser más astuto y evitar ser pillado, así que fui sigiloso y subí las escaleras del castillo, llegue a un lugar extraño, una especie de pasillo con varios salones enormes, cuando de repente escuché un sonido agudo, me llene de miedo y corrí a buscar de donde provenía ese sonido, parecía de alguien que intentaba esconderse de mi en alguna de las habitaciones, así que sin pensarlo mucho, me decidí a buscar a aquel asesino. Pronto lo localice pero, se había escondido dentro de un cuarto y esperaba el momento indicado para matarme, así que aproveche un descuido suyo y me adentre en la habitación, parecía desubicado y lo golpeé en la nuca, solo lo deje inconsciente,  baje muy rápido arrastrando al asesino, no he tenido tiempo de mirar su rostro, solo intento huir de ahí en el menor tiempo posible, sin embargo al poco tiempo logre ver a otro de los asesinos acercarse violentamente a mi, tenia tanto miedo que pensé en huir, pero buscando en el suelo le he pegado directo en la cara con lo primero que encontré, ahora mi paso es más acelerado. Tengo que encontrar la manera de salir de aquí.
escondí el cadáver entre la hierba y corrí hacia una pequeña casa a la orilla del camino, justo afuera de ella había un hombre golpeado, aquel hombre alto y tan rubio como yo, había sido presa de un terrible paliza, le pregunte que le pasaba y me dijo que solo yo podía ayudarle, que el asesino se encontraba dentro de la casa justo en ese momento, a punto de fugarse, decidimos unir fuerzas para matarlo de una vez por todas, me tomo de la mano y me dio un arma, "si lo crees necesario úsala, no lo dudes", entramos rápidamente en aquel lugar, parecía ser una oficina y estaba muy desordenada, "pronto, en el closet", me dijo y me abrió la puerta mientras yo disparaba contra el asesino.

Lo último que recuerdo es la retorcida sonrisa de aquel hombre rubio.

jlb267

(Muchas veces en la vida buscamos al verdadero asesino de nuestros sueños sin darnos cuenta que la mayor parte de esas veces el asesino somos nosotros mismos).


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