"La presencia extraña"



Recuerdo que vivía con mis hermanos en casa de mis padres. Recuerdo sus risas tan alegres, su entusiasmo y sus comentarios siempre tan positivos.

La casa siempre lucía tan llena. Siempre había movimiento en ella. Unos iban, otros venían. Era algo constante. Y sin embargo transcurría todo con normalidad. Fue entonces cuando comenzaron las dudas, cuando comencé a preguntarme si realmente todo estaba tan normal como yo creía, y entonces decidí ser más observador y me perdí por horas contemplando la nada. No tardé mucho en darme cuenta que algo no marchaba bien, que había algo extraño en aquel lugar. Alguien caminaba entre nosotros desde hacía algunos meses y nadie se había percatado de ello. Esa presencia extraña pasaba poco tiempo en la casa. A veces pasaba de un cuarto a otro. A veces de la cocina hacía el patio. Todo esto muy rápido, pero el tiempo suficiente para darme cuenta de que se trataba de una mujer joven.

Aquello comenzó a irritarme. Poco a poco se apoderó de mí. Pronto sólo podía pensar en eso. Hasta que decidí armarme de valor y seguirla. Esa misma noche la he podido ver. Tenía mucho miedo, pero me arme de valor y la seguí en dirección al patio. Logré verla entrar en el cuarto oscuro al final del pasillo. Pero una vez que abría la puerta siempre desaparecía. Era como un fantasma.

Hasta que por fin un día, después de seguirla lo más rápido que pude, la he visto entrar en una rendija bajo un tapete viejo. No aguanté la curiosidad. He visto que vive allí y tiene el hueco perfectamente amueblado. Ahora no puedo dormir por pensar que es lo que busca en nuestra casa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bueno, qué buen cuento. Corto pero intenso, y muy bien hilvanado, además de interesante.